Citas exprés también para hacer negocios

Font: eldiariomontanes.es – 26/04/2010

‘Hola ¿Cómo te llamas? Y tú ¿a qué te dedicas? ¿Me das una tarjeta? ¿Te parece que te llame la semana que viene?…’ Aunque lo parezca, no buscan pareja ni tampoco hacer amigos. Se trata de citas rápidas entre empresarios que buscan establecer contactos comerciales que puedan beneficiar a su empresa.

La Cámara de Comercio de Cantabria les ha reunido en torno a una mesa con aperitivos y refrescos y dos únicas armas: un buen fajo de tarjetas de visita y la mejor de sus sonrisas. Los más valientes también disponen de un micrófono para hacer público lo que ofrecen a otros y lo que pueden demandar de ellos. Aunque, sin necesidad de llegar a tanto, una pantalla que muestra uno a uno el rostro y la identidad de los participantes y unos distintivos de colores (verde para los emprendedores, roja para los empresarios y azul para el personal de la Cámara) les ayudan a relacionarse.

No se puede perder tiempo porque, en apenas dos horas, deben conseguir una treintena de contactos y participar en los distintos concursos propuestos por la organización para bautizar este evento pionero y para premiar al invitado que mayor número de tarjetas consiga.
Estas son las reglas de juego del networking empresarial, una fórmula de negociación que trata de poner en contacto a empresarios, emprendedores e instituciones para establecer colaboraciones entre ellos.

La consultora Eva Perea, dinamizadora del evento, el primero de estas características que se celebra en Cantabria, dice que no tiene más misterio que intentar que los profesionales amplíen su red de contactos «porque conocemos a mucha gente pero después no la utilizamos a favor de nuestro negocio o no lo hacemos de forma sistemática».

Isabel Cuesta, directora de Formación, Empleo y Creación de Empresas de la Cámara de Comercio, compara estas reuniones con redes sociales de internet como Facebook o Tuenti, que ayudan a cientos de personas a encontrar amigos o pareja, pero aplicadas al mundo de los negocios: «No se busca un chico o chica alta, de ojos verdes y aficionado a la lectura, sino a empresas que puedan aportarnos alguna forma de colaboración», destaca.

Negociación a la americana
La idea está importada de los Estados Unidos, en concreto, de la meca de los negocios tecnológicos, Silicon Valley, donde confían en estos encuentros de intercambio de tarjetas para buscar alianzas. De hecho, se estima que cada americano acude a unas dos sesiones de networking empresarial a la semana. En España, sin embargo, hay precedentes escasos y especializados por sectores como el First Tuesday, celebrado el primer martes de cada mes en Madrid y Barcelona para poner en contacto a inversores y emprendedores de nuevas tecnologías, el Thursday Internet o el Mobile Monday, para las comunidades profesionales del mundo de internet o de la telefonía móvil.

La novedad de la fórmula dotaba de gran emoción a la cita, de ahí que días antes de su celebración, Eva Perea sostenía que esta primera experiencia iba a servir para calibrar la disposición del tejido empresarial cántabro hacia la filosofía del networking, basada en compartir información, conocimientos, ideas o contactos.

Por entonces ya era una buena señal el centenar de personas que se habían apuntado: «Organizamos un acto parecido para empresas de nuevas tecnologías en Barcelona y, pese a que funcionó muy bien, solo asistieron cuarenta», comenta la formadora, sorprendida por la acogida que había tenido la convocatoria, un hecho que achaca a la gran implantación de la Cámara de Comercio y al contacto cercano y frecuente que mantiene con las empresas locales.
Sólo quedaba por ver si los emprendedores, técnicos y directivos cántabros eran capaces de entender la dinámica de una reunión de negocios, «informal y divertida», a la que no están acostumbrados: «Acudí a una de estas sesiones con productores audiovisuales en Rodeo Drive, el paseo donde se rodó Pretty Woman, en Beverly Hills (California) y, aunque yo quedé satisfecha, el encargado de la sala me comentó que no sabíamos negociar como los americanos, que se colocan en fila y se cruzan cada cinco minutos como en una especie de baile», explica Perea. Nada más lejos del carácter del empresariado cántabro, que suele formar corrillos y «tiende a pasarse la hora hablando con una sola persona, sin considerar al resto», señala.

Intereses comunes
Con estas premisas, el presidente de la Cámara de Comercio, Modesto Piñeiro, dio el pistoletazo de salida a la sesión, no sin antes hacer unas cuantas recomendaciones: «Moverse mucho, hablar siempre con desconocidos y no estar más de 10 minutos con cada uno de ellos». Seguramente, para su sorpresa, los participantes vencieron rápidamente su timidez y comenzaron a estrecharse las manos. No habían transcurrido ni cinco minutos cuando Alfonso Nieva, un diseñador gráfico que había acudido a la reunión con intención de ampliar sus contactos encontró a Santiago Galán, de la empresa de internacionalización Nabega, y la forma de hacer coincidir sus intereses. Nieva le ofrecía servicios audiovisuales para su compañía y Galán, a cambio, le proponía exportar su actividad para hacer crecer sus ventas.

Mientras los dos jóvenes profesionales trataban de convencerse el uno al otro, a su alrededor iban surgiendo conversaciones parecidas. No siempre era fácil encajar a las parejas. Carmen González Marcos, jefa de un taller de calderería ubicado en Gajano sabía de antemano lo complicado que sería encontrar personas dedicadas al mundo del metal, pero no quería perder esta oportunidad para dar a conocer su sector y estar al día de lo que ocurre en otros: «Es interesante no sólo por los contactos nuevos, también por encontrar conexiones que ni siquiera conocías, como acaba de ocurrirme con la dueña de una posada rural», comentaba. Antes de hablar con ella, lo había hecho con Susana Puente, que buscaba clientes para Adia, su agencia de publicidad en Santander: «No sé lo que voy a obtener con esto, dependerá del futuro, pero en cualquier caso me abre las puertas para no tener que llamar a puerta fría», señalaba.

Bajo el mismo techo se daban cita emprendedores, profesionales liberales y representantes de compañías tecnológicas, de formación, medio ambiente, planificación estratégica o recursos humanos. Pero, también mensajerías, conserveras e incluso una clínica de fisioterapia que hace poco abrió sus puertas en Valdenoja. Su propietaria, María Montero, no dudó en coger el micrófono para que su mensaje llegará al mayor número de participantes. Sus palabras resonaban en la sala cuando otra joven emprendedora, Yara Castillo, hacía lo propio con Aula Blanca, un nuevo centro de formación en software para la actualización y el reciclaje de los arquitectos. Para encajar intereses tan dispares, la organización había propuesto a los participantes que rellenaran previamente un cuestionario para facilitar la búsqueda de colaboradores adaptados a cada perfil. Cuando evalúen los resultados de este primer encuentro, fijarán otros especializados por sectores -por ejemplo, empresas de nuevas tecnologías con consultoras, centros de formación o asesorías- para atender al mayor número de públicos, incluido el universitario. La siguiente sesión será a finales de mayo.

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